2/7/14

La década perdida: una generación de pilotos frustrada


*La noticia de que Facu Regalia no se va a presentar a correr el próximo fin de semana por falta de resultados y, fundamentalmente, de dinero, deja muy en claro una triste realidad de los pilotos argentinos que intentan, en vano, llegar a la Fórmula 1.
Desde que Gastón Mazzacane corriera en el Prost Grand Prix, allá por 2001, no hubo ningún piloto argentino corriendo en la máxima categoría del automovilismo a nivel mundial. El único que tuvo chances reales fue Pechito López no una sino dos veces: en 2006 cuando formaba parte del programa de desarrollo de pilotos de Renault tuvo una pésima temporada en GP2 Series que le impidió, junto a un nulo apoyo desde Argentina, llegar siquiera a ser tester oficial del equipo francés campeón del mundo por entonces. Si bien es cierto que probó el auto de Fernando Alonso, no había una real noción en nuestro país de lo que Pechito hacía por la escasa difusión. En 2010 Peter Windsor iba a formar el equipo USF1 y López había firmado contrato con dinero de varios aportantes, tras su gran campaña en 2009 que incluyeron títulos de Top Race y TC 2000 y un casi campeonato de Turismo Carretera con la marca Torino. Difícil pensar que del TC vaya a la Fórmula 1 en los tiempos modernos pero así parecía que iba a suceder. Lo que pasó después todos lo recordamos: la estafa de Windsor dejó a Pechito sin butaca y se volvió frustrado a Argentina.
Los demás pilotos debieron luchar contra la falta de apoyo del Automóvil Club Argentino, una escasa difusión en medios de comunicación y un automovilismo local que se hizo muy fuerte, se encerró hacia adentro y clausuró la posibilidad de exportar los pilotos al exterior porque termina siendo mas rentable para el negocio de todas las partes involucradas, por el dinero en juego, que los mejores talentos corran aquí en nuestro país.
Aunque podría analizar cada intento truncado de todos aquellos pilotos argentinos, excelentes, de llegar hasta la cima del deporte motor vale pensar que sucedió en una década, supuestamente de progreso para el país, que en realidad fue una clausura para los sueños de los pilotos a nivel internacional.
Hay imbricadas, como diría Martín Barbero, diversas cuestiones: ya se mencionó el no apoyo del ACA. No pienso que la entidad madre ponga el dinero necesario para cada piloto, pero no siquiera intentó o esbozó elaborar un proyecto para tener pilotos en el exterior. Tampoco lo hace en el automovilismo local. Un ente fiscalizador mas comprometido, diseñando proyectos, contactando posibles sponsors, equipos, sería lo que uno puede esperar que se haga desde la Avenida del Libertador al 1800. 
Sumado a ésto se produjo un crecimiento notable del automovilismo local, me animo a decir que es la principal causa de que no tengamos pilotos en el exterior (tampoco en categorías de Turismo a excepción de Pechito en WTCC). 
No sólo porque con el paso de los años los costos de ir a Europa para tratar de llegar a la Fórmula 1 se encarecieron, sino porque la oferta local de categorías en la que no existe escala mayor a la Fórmula Renault, que fue perdiendo calidad y cantidad de autos, obliga a los pilotos jóvenes a pensar en el Turismo Carretera como objetivo principal. Mas accesible en costos y mas reales en las posibilidades de llegar por méritos deportivos.
Ya se mencionó el tema del dinero que se necesita para correr en Europa pero a la par de ésto hay que pensar si realmente, por mas que se invierta el existente en Argentina, si es rentable para la Fórmula 1 tener un piloto argentino. Es decir, si es un mercado atractivo para la categoría. Está claro que no lo es. No tener Gran Premio desde 1998 disminuye las chances pero tampoco seduce demasiado a los europeos que haya habido argentinos, en momentos diferentes, que no cumplieran con los compromisos económicos asumidos.
La cantidad de pilotos que intentaron llegar a la F1, por consiguiente, fue decreciendo año tras año en ésta "década perdida". Le clausuramos a grandísimos talentos la posibilidad de aspirar, por lo menos, de competir en un máximo nivel de autos de Fórmula e incluso de Turismo. 
La dinámica del automovilismo argentino, con demasiadas categorías, cerrada en su propio negocio, dividida según pantallas es un gran escollo para cualquier piloto. Una estructura que clausura hacia adentro y no abre hacia afuera.
Se podría decir, como última causa, la poca cobertura mediática del automovilismo. Es importante difundir lo que hacen los pilotos en el exterior pero no hay lugar en los medios de comunicación para ello. Sobre ésto hay una frase muy cruda de Juan Cruz Alvarez: "No nos mira nadie". Resume lo que sucede actualmente, un deporte cerrado al que no interesa dar difusión y entonces se impide que los pilotos sean conocidos para el público en general.
Desperdiciar una generación de pilotos excelente es realmente una pena. Seguimos lamentando que pese a ganar carreras y campeonatos Pechito, Alvarez, Guerrieri y otros no puedan estar en la Fórmula 1. Un sueño cada vez mas lejano. Tal vez la puertita que abrió Pechito al WTCC pueda ser aprovechada por otros, será cuestión de que lo hagan. 
La realidad marca que Facu Regalia está abajo, de momento, en GP2. Evalúa otras chances, Ojalá.
Me queda como último punto una cuestión aparte. Sigue el misterio de Eric Lichtenstein. Hace casi un año que no corre y no habló desde la desvinculación del equipo Carlin. Pareciera ser un problema de que el mecena de turno no puso el dinero correspondiente. No fue así en otros casos pero se puede inducir que Velociudad, un proyecto fantasma de autódromo en Zárate, incumplió monetariamente.
Le pedí dos veces entrevistas a Eric, una pena que hasta ahora haya mantenido el silencio. Sería bueno saber que le pasó y porque este año está abajo de un auto de carrera.
Una generación de pilotos frustrada es la década perdida del automovilismo. Sin apoyo ni interés desde nuestro país todo queda a merced de esfuerzos personales que merecen mi mas absoluta admiración. 
Recordaré a ésta década como la mas nefasta del automovilismo en materia de exportación de pilotos, me pone muy triste por los sueños de cada piloto que lo intentó y no pudo llegar.
No tengo expectativas ni ilusión de que cambie algo a corto o mediano plazo, espero equivocarme. 





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